Besos de plátano



¿Dejaré todo por el amor a una mujer?
Me encierro en su vientre, en su caparazón, como una tortuga me siento yo.
Ella rápido camina y yo muy lenta soy.
Pero cuando de esperarle se trata, se demora un montón y la renegona termino siendo yo.
Sus ojos me dicen, no me dejes.
¿A dónde iré yo?
Sus ojos me dicen vete lejos, largaos de mi visión.
Es solo un impulso, pienso yo.
A veces encierra sus cuatro palabras, a veces estalla y llanto en mi cara.
Su cuerpo que baila, mis ojos contemplan, hay alguien más que la ama, hay alguien más que contempla.
Sin embargo, el corazón quiere a quien quiere querer, dijo un payaso, poeta y puto a la vez.
Afortunada me siento, de ser su amada, de ser su llamada, de ser su camarada.
Pero eso viene con todo, con gritos, con cantos, sí, con un poco de todo.
Con celos, con miradas, con silencios, con garras.
Ella es así, una criatura salvaje, a veces mujer que ruge y otras, un monstro  que ataca.
La quiero igual
La amo dirás, digo diré.
A veces pienso que si me voy no podrá más
Tú sabes, siempre hay que pensar.
Quisiera no tener que pensar, mi mente no deja de hacerlo, eso es mortal.
Ella podrá vivir sin mí.
Yo no sé si soy capaz.
A veces pienso que ella no podrá, porque sus ojos me lo dicen.
Aunque ella puede, es fuerte, capaz y  hermosa
A veces pienso que no lo es.
Pienso a veces que si me alejo de ella, ella no será capaz.
¿¡Qué rayos me creo yo?!
A veces me detesto.
A veces me conozco, otra no me reconozco, otras veces no quiero aceptar que así soy, y muchas otras veces no sé quién soy.
Mi amor por ella, es sincero, fuerte y capaz.
A veces la quiero más, otras la quiero ahorcar, otras veces la adoro y muchas otras veces me ahogo.
¿Así es el amor?
Nunca entendí la definición del amor de muchos autores creyentes en ellos mismos y en sus textos sobre el amor.
¿Será acaso que no quiero hacerles caso por si acaso tengan la razón?
No lo sé, me doy.
Me entregaré al amor, aunque no sé cómo es, ni de qué color va.
Me entregué a ella y me gusta, a veces me asusta, otras me rebusca, a veces me encuentra y otra veces nos hallamos la dos.
Amo su manera de amarme, así, con su cólera como el hambre, así, con sus impulsos de calambre, así, con su ternura a matarme, así, con sus abrazos y uñas de desgarre y así, con su besos de melón, maracuyá, plátano y con esas ganas de a mordidas torturarme.


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