Ansiedad

Estaba asustada.

Es que, latía muy rapido.

Tenía que salir.

Latía muy rápido.

Bajé despacio las escaleras.

Cogí la bici, me la monté.

Manejaba lento.

Tenía que ir.

Ya había quedado. Iba a pintar un mural.

No era mi diseño, era el de una amiga. Pero igual ya había quedado. Iría de ayudante.

No tenía tanta responsabilidad, pero di mi palabra.

Así que salí.

Trataba de respirar tranquila y pedalear suave.

Me di cuenta que lo que antes hacía en 5min, en ese momento lo hice en 20min.

Llegué al óvalo bullicioso, concurrente de carros y gente.

De pronto una mototaxi aparece a mi lado, me mira y me dice: -¿habla, una carrerita?

Inmediatamente mis pies se prendieron de los pedales y mis manos del timón y me encontré pedaleando no sé a cuantos kilómetros x hora.

El pata me miraba sorpredido y extasiado. Yo solo miraba al frente, la pista. 

¿Mi corazón? Ni cuenta.

Tenía que ganar, tenía que jugar.


Me ganó.

No importa, ese día le gané a la puta ansiedad!

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