Cotidiano
Los servicios están sucios y las ropas en tinas esperando agua más jabón y unas manos fuertes, hacendosas que las restrieguen.
La señora ni se imagina que llevo cuatro películas viendo y que por eso las escaleras siguen sucias, polvorientas, las huellas aún se ven, las huellas de quienes entraron alguna vez a mi espacio e hicimos bulla, muchas bullas, gritos y se fueron silenciosos, con los zapatos en mute y las manos húmedas.
Ella piensa que duermo sola, que nadie vela mi sueño, que nadie me acoge, que nadie me coge. Por así decirlo. No importa si tiene razón.
Los pelos vuelan, pasean, caminan, se asientan en el boca-sillón.
En la escoba, en el recogedor viven. No se mudarán, no se incomodan, lo disfrutan.
Felizmente hay más pelos que moscas.
Justo hoy me visitó una mosca. De inmediato la bote, con un trapo sucio.
Mi gato se asustó, se puso tras la banca, mirándome, atento, alerta.
¿Por qué vino la mosca?
Por la ropa sucia, los servicios sucios, la conciencia sucia.
Desarrollando los chakras, empecé a cocinar para mí.
Eso es un gran paso.
Una botella de 1 ltr de aceite, es otro gran paso.
Aprender a felicitarte es difícil.
Solemos juzgarnos y llorar.
Maldición.
Las calles ya no están tan vacías, ahora estás tú. En patinetas, en bicicletas, en auto, hasta en camión.
Te he visto en triciclo y en avión, a lo lejos, cuando con mi clava finjo tener un largavista.
Con mi clava finjo tener unos largavista biónico.
Te veo desnuda caminar. Tu silueta se esconde en los árboles que no hay. ¿cómo lo haces?
No importa.
Ya estoy mejor, eso es otro gran logro.
Felicidades.
Sí.
La tarde inicia temprano y el sol ya no me levanta, No tiene tanta fuerza, igual peso. Es un flujo espeso.
Misterio entra en esa cama de señorita, dirían los prejuiciosos.
Sí, entra y se enrosca y acomoda. Respira y se estira.
Hace unos días encontré un bigote suyo, solitario, a un rincón del sillón-boca.
Lo tiré al tacho de basura sin asco.
¿dónde estará ahora?
Saludos cordiales.
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