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¿Dejaré todo por el amor a una mujer? Me encierro en su vientre, en su caparazón, como una tortuga me siento yo. Ella rápido camina y yo muy lenta soy. Pero cuando de esperarle se trata, se demora un montón y la renegona termino siendo yo. Sus ojos me dicen, no me dejes. ¿A dónde iré yo? Sus ojos me dicen vete lejos, largaos de mi visión. Es solo un impulso, pienso yo. A veces encierra sus cuatro palabras, a veces estalla y llanto en mi cara. Su cuerpo que baila, mis ojos contemplan, hay alguien más que la ama, hay alguien más que contempla. Sin embargo, el corazón quiere a quien quiere querer, dijo un payaso, poeta y puto a la vez. Afortunada me siento, de ser su amada, de ser su llamada, de ser su camarada. Pero eso viene con todo, con gritos, con cantos, sí, con un poco de todo. Con celos, con miradas, con silencios, con garras. Ella es así, una criatura salvaje, a veces mujer que ruge y otras, un monstro   que ataca. La quiero igual La amo dirás, digo dir...

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