Pena

Soy un desastre. Eso le escribo a mi pareja de amoríos y demás. A veces me quiero ir pero regreso y otras veces quiero regresar a mí pero terminó yéndome.
Otras noches anduve con humo y silencio en las avenidas del Callao.
De niña no pensé que pensaría como pienso ahora.
Y otra cosa, no pensé que me dolerá la espalda y los pies como me duelen ahora.
Deseo, una sopa de verduras y un abrazo de alguien que me ame de verdad.
Deseo, matar todos mis prejuicios y descansar sin alarmas peligrosas.
Camino, con un tinte sueño de melancolía y madrugo con ojeras abiertas de filmes bravos sin misericordia.
La noche que se presta abierta a mis pensamientos y mis lamentos con ganas de llorar.
Quizá se arrope mis cueros enbellesidos y destroze mis catorce álbumes de como amar.
Jamás tienes que mirar a otra si no miras al agua.
La vida por si misma me sorprenderá, no dependerá de mi ni de un carro que destruya mis pies. Dependerá de ti y de las malditas ganas de apaciguar la tormenta controlada por el cosmos.